martes, 15 de noviembre de 2011

Danzad, danzad, malditos

      No tengo el don del cante, que se le va a hacer, sino sería perfecto. Desde pequeño he sabido que no era mi destino, los escenarios yo para ponerlos bonitos, iluminarlos y prepararlos para que suban otr@s y lo den todo (me pirra un concierto más que a un niño pequeño con una caja de Alpinos 24 colores). Ahora lo que si hago cada vez que puedo es bailar, adoro bailar.




     Para mí el bailar es tan necesario como el respirar, una terapia de choque para desconectar de la rutina de la semana.


     Recuerdo que hace unos años leí o escuché en algún sitio una frase de la que siempre me acuerdo cuando estoy en plena acción (bailando mal pensad@s): "baila como si nadie te estuviera mirando..."



      Y además uno de los desfiles favoritos de mi vida está marcado por el baile. Se trata del desfile de Alexander McQueen Spring Summer 2004 que bajo el nombre de Deliverance recreo en el Salle Wagram, un salón de baile del siglo XIX en París, con la ayuda del coreógrafo Michael Clark su versión de la película de Sidney Pollack They Shoot Horses, Don't they?, cuyas imágenes han servido para ilustrar este post.

      Monsieur Pablo P..






1 comentario:

  1. Pues que quiere que te diga a mi ni bailar ni cantar, la culpa la tuvo la señorita Pili que no nos dejó nunca ser los protagonistas, con lo bien que yo afinaba el coro y no te digo el son de la música.
    Besitos

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