Hace unas semanas tuve la oportunidad de comprobar que L'Empordà es una de las comarcas más bonitas de Cataluña. Disfruté de un maravilloso fin de semana en un hotel que recomiendo muy mucho, el Castell d'Empordà, un castillo que en 1973 Salvador Dalí intentó comprar pero que no pudo ser. Afortunadamente porque al no lograr su propósito, Albert y Margo pudieron adquirirlo en 1999 transformándolo a lo largo de estos años en el lujoso hotel-restaurante que es ahora mismo.
Se trata de un sueño hecho realidad, más concretamente de Albert Diks, su actual propietario que de pequeño cuando viajaba con sus padres y hermanos desde su Holanda natal con destino las costas españolas, cada vez que cruzaba la frontera española, se quedaba fascinado con los viejos castillos de Cataluña y hacían que él soñara tener uno cuando fuera mayor. A medida que fue creciendo el sueño le siguió acompañando y en invierno de 1999 descubrió el Castillo d'Empordà. Fue amor a primera vista pese al lamentable estado en el que se encontraba el edificio. Junto a su pareja Margo, decidió comprarlo. Los planes de restauración y las obras pertinentes hasta que en la primavera del 2001 pudieron alojar a sus primeros huéspedes.
Os puedo decir las zonas comunes, más concretamente la piscina y chill out son una delicia y las vistas que tienes desde esta ubicación son espectaculares son espectaculares.
Las habitaciones están cuidadas hasta el más mínimo detalle, con regalo de bienvenida y todo.
Todas las habitaciones cuentan con bañera por lo que nadie puede resistirse a un baño de espuma...
¿Se os ocurre mejor plan que disfrutar de una maravillosa puesta de sol con un gin tonic en vuestra terraza privada?
Monsieur Pablo P..
Ains amigo mio!, cuánta falta me haría un fin de semana de desconexión con el marío en un lugar así..de momento nos lo impide el trabajo pero... #soñaresgratis
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