martes, 7 de febrero de 2012

Do you wanna dance with Sarda?


      Esta es la propuesta que nos hacían desde Andrés Sarda para celebrar los 50 años de la firma. El baile, su estética y la magia que se desprende alrededor de este interesante mundo son las fuentes de inspiración de la colección que presentaban en MBFWM, en la que las piezas icónicas más representativas volvían a salir a la palestra. Antes de presenciar el desfile tuve la oportunidad de ver los previos en el backstage. Mujeres esculturales desafiando a los fríos siberianos que sufríamos esos días en Madrid envueltas en los nobles (aunque escasos) tejidos emblema de la firma. Me llamo la atención las estrellitas glitters que brillaban en los pómulos de las modelos.





     Un desfile que se estructuraba según cuatro estilos de baile: tango para el comienzo, continuando con ritmos latinos, dando paso a un pasodoble para terminar con el vals en su versión más moderna.
     



     La gaine de los 60, los bodys transparentes y conjuntos de colores fotografiados por Hamilton en los 70; el sujetador con tirantes de seda que caracterizaron los 80 junto con las bragas de blonda escotadas y altas de cintura; el balconette con efecto push up de los 90 (había que plantar cara al wonderbra) y el modelo con aplicaciones de visón creado para la década del 2000, delicados trozos de tejido que recogen los momentos más emblemáticos de la firma en un recorrido que rinde homenaje a su gran protagonista, la mujer.





     Una colección realizada en materiales lujosos y nobles como el encaje de la alta costura, rasos y muselinas de seda ricos en detalles de aplicaciones de perlas y cristales de Swaroski conjugada cromáticamente en colores propios de la naturaleza, como los verdes matizados, azules profundos, arenas y óxidos cálidos, los minerales y los cromatismos de las piedras semipreciosas.





     Llevadas por la música, las prendas se deslizan hasta pista de los grandes salones de baile para dejarse seducir por los compases del flamenco, la cadencia del vals, la profundidad del tango y la sinuosidad de los bailes latinos... ¡¡Que empiece el baile!!



    Una vez más volví a soñar mientras veía como fluían los tejidos al paso de las modelos.




 Algo que me gustó ver de cerca fue la falda que cerró el desfile claramente inspirada en los primeros trabajos de costura para la Maison Dior.




     Monsieur Pablo P..

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