La colección de Ailanto que pudimos ver la semana pasada en MBFWM estaba inspirada en el estilo artístico Chinoiserie, movimiento europeo de mediados del Siglo XVIII caracterizado por recoger las influencias del arte y diseño de China y Japón que ejerció gran influencia en la totalidad de las artes decorativas, caracterizado por una decoración pomposa, uso de asimetrías, materiales lacados y caprichosos cambios de tamaño. Los gemelos vascos afincados en Barcelona se han dejado seducir por este movimiento y cubrieron el suelo con estas fantásticas estampaciones en tela.
Pudimos ver estampados de acabados brillantes con motivos de inspiración oriental que dan paso a vestidos en los que el tejido era el protagonista y su rigidez definía los contornos de la prenda. Una visión clásica del oriente filtrada por la estética de la firma.
Negros lacados y carbón, grises plomos, estaños, grafitos y perlas, marrones ébanos y cobres, azul tinta con pinceladas de turquesa y una gama de beiges arena, marfil o perla componían la gama cromática de la propuesta.
Los tejidos eran de aspecto y acabado brillante, bruñidos, prensados, grabados, lacados o barnizados. Algodón de satén, organza, shantung de seda, matelassé lamé, twill de seda, tweed de lana, mini cloqué y otomán de algodón son los materiales que envolverán los cuerpos de las clientas de Ailanto ante el frío del próximo invierno.
Para el día nos proponen una silueta estricta y retenida, con cinturas ceñidas y muy marcadas. Outfits donde los detalles se concentran en el cuello y los hombros. para la noche, la silueta se torna más fluida, el talle de las prendas baja a la cadera, se relaja y los detalles caen a la línea del escote y la espalda. Especial mención a la forma en que han trabajado las mangas de los vestidos que son muy favorecedoras para cuando las carnes no están en su sitio.
Los estampados estaban compuestos por coronas circulares de pequeñas flores, inspiradas en bordados orientales propios del siglo XVIII, perspectivas de estanques con nenúfares anacarados, simulando trabajos de madreperla incrustada en piedra, diamantes mandarines posados sobre ramas de tilos floridos, inspirados en un papel tapiz del Royal Pavillion de Brighton y perlas en grupos, dibujadas a mano, en forma de escamas.
El peinado elegido para las modelos propio de la época y muy favorecedor para esta colección, puesto que permitía apreciar los detalles de cuellos y sobre todo las fantásticas joyas que creo para la ocasión y bajo la supervisión de Ailanto la firma Macarella.
Una vez más los Ailanto convencieron con una colección delicada, femenina donde cada vestido es una gran obra de arte.
Monsieur Pablo P..
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