domingo, 30 de octubre de 2011

Pobre niña rica...

      Esta semana tras visitar la exposición de YSL en la fundación Mapfre y la de Carlos Saenz de Tejada en el Museo del ABC, no he dejado de pensar en una mujer que vivió por y para la sociedad, Barbara Hutton, multimillonaria americana cuya ocupación en la vida era ser una socialitie.


     Nacida el 14 de noviembre de 1912 en una familia rica fue una de las pocas mujeres multimillonarias en el siglo XX, pero como nos es oro todo lo que reluce, la prensa internacional la bautizó como "la pobre niña rica", debido a que su vida personal fue un tanto desafortunada.


     Su madre Edna Woolworth, una de las tres herederas de la fortuna del dueño de los almacenes Windfield & Woolworth, se suicidó cuando ella tenía 6 años de edad debido a una infidelidad del padre de Barbara, Franklyn Hutton, brillante corredor de bolsa, siendo ella la que se encontró el cadáver.




     Si a ello sumamos que de pequeña no era una niña agraciada, digamos que sufrió la transformación del patito feo, ya nos podemos imaginar el tipo de trato que le darían en el colegio sus amables compañeras. Pero pasan los años y como bien dice el dicho popular "las penas con pan son menos penas" y en plena Gran Depresión a sus 21 años la chiquilla recibe la fortuna que había heredado de su madre, digamos que 1 billón de dolares de hoy en día, dándose a la buena vida y a celebrar maravillosas fiestas para celebrar su cumpleaños, convirtiéndose en el blanco preferido de la prensa amarillista, por lo que deciden enviarla a Europa, para alejarla del acecho de los periodistas. Su padre le advierte muy sabiamente que tenga cuidado de quien se le acerca, porque seguramente lo harán por su fortuna. Una infancia y adolescencia difícil forjan el carácter de esta mujer reservada y desconfiada del contacto social, con rasgos de bipolar y narcisista, hasta llegar a ser bulímica y anoréxica.



     En el terreno sentimental, con lo que le gustaba montar fiesta y la necesidad de cariño que tenía, os podéis imaginar que los matrimonios de esta mujer fueron un rosario, acabando todas las historias como el de la aurora: de 1933 a 1935 estuvo casada con el Príncipe de Georgia, Alexis Mdivani, que lo dejó por el conde danés Kurt von Haugwitz-Hardenberg-Reventlow, con el que tiene su único hijo Lance. Este conde la maltrato física y psicológicamente hasta los extremos, puesto que pretendía que la declarasen incapaz y poder administrar su fortuna, por lo que ella en 1937 en un momento de lucidez decide divorciarse, quedando su primogénito a cargo de tutelas privadas, como ella en su niñez.



     Tras unos años de soltería contrae matrimonio en 1942 con Cary Grant, con el que mantiene la relación más honesta y cercana de todos sus maridos, tratando construir entre ambos una vida normal, pero la inestabilidad de él y que ella andaba poco fina, decidieron poner fin amistosamente a su matrimonio en 1945, recibiendo el actor una cuantiosa indemnización por parte de Hutton sin que él la pidiera. Creo, sinceramente, que él peinaba, maquillaba y vestía muy bien y ella estaba agradecida, vamos, que fue una mariliendres.



     En 1948 decide emigrar a París y establecer su residencia de verano en Tánger, hasta 1975, donde se entrega a la vida más mundana, llegándosela a conocer como la Reina de la Medina, por los saraos que montaba. Vuelve a casarse con otro príncipe ruso del que decide separarse en 1951, cuando trasciende a la prensa un intento de suicidio. En 1953 cae en brazos de un diplomático dominicano, con el que contrae matrimonio y pone fin a los 53 días, al descubrir ella que este mantenía una relación paralela con Zsa Zsa Gabor.


     En 1955 se casa con un viejo amigo alemán, antiguo tenista de elite, del que se divorcia por sexta vez en 1959, ya que ella mantenía una relación paralela en el rollo romance-amistad desde 1957 con el hijo de un mandatario de EEUU a la que pone fin en 1960, quizás porque ella estaba entretenida entonces con el terreno de 120.000 metros cuadrados que se había comprado en Cuernavaca en México y decidió construirse un palacio al estilo japonés, porque ella lo vale o porque se encaprichó de un joven buscavidas inglés al que conoce en Tánger y ella engatusa con regalos, hasta que cae en su cebo y ella decide rebautizarle como Lloyd Franklin, para que tenga un toque más aristocrático. La relación termina cuando él conoce a otra rica heredera inglesa y decide casarse con ella.


     En 1964  contrae matrimonio con un multimillonario venido a menos con propiedades en Indochina, del que se divorcia en 1966. A partir de entonces sólo tendrá romances esporádicos y será habitual que haga maravillosos regalos a sus allegados y absolutos desconocidos en el desenfreno de las noches neoyorquinas. Ni que decir tiene, que dado su carácter débil y vulnerable fue presa de la drogadicción y el alcoholismo.

     En 1972 su hijo Lance, con el que nunca vivió y sólo se dedicó a mantenerlo económicamente, muere en un accidente aéreo, lo que la sume en una gran depresión autodestructiva y decide recluirse en un hotel de Beverly Hills. Cary Grant intenta rescatarla de esta situación, pero no lo logra y ella fallece en 1979 de insuficiencia alimentaria y un ataque al corazón, quedando de su inmensa fortuna apenas 3,000 dólares, que fueron repartidos entre todos sus ex-maridos, acreedores y supuestos parientes. El único que no reclamo su parte de la escasa herencia fue Cary Grant.


     La interesante vida de esta mujer tiene un biopic protagonizado por la eterna secundaria, Farrah Fawcett, en el que podemos ver recreada la desafortunada vida de esta rica heredera. Como no podía ser de otra forma el título de la película es "Pobre niña rica".

      Monsieur Pablo P..

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