lunes, 31 de octubre de 2011

Famosos a fin de mes

     En mis tiempos de dependiente (tengo un perfil polifacético o quijote laboral, como queráis verlo) tenía una pareja de clientes muy agradable que siempre venían a verme todas las semanas y contribuir a la facturación mensual. Eran un tanto atípicos a lo que yo había visto hasta la fecha: el señor de mediana edad y brillante carrera profesional en Madrid y ella mulata de 1,80, curvas de escándalo y cara impresionante. Siempre le preguntaba que por qué no desfilaba en Cibeles y me decía que no siempre todos los trabajos se podían aceptar por temas de imagen, que por ejemplo, le habían ofrecido ser la chica Tampax, pero que su esposa no podía aceptar este trabajo porque le tenía que acompañar frecuentemente a almuerzos y cenas profesionales y no podía ir con la chica Tampax. Ahora con el paso de los años, algo que no comprendía en un momento (era joven e inexperto), lo veo como una sabía elección. ¿Se tienen que aceptar todos los trabajos y más los que te vinculan a un producto específico?


      El primer caso que recuerdo de publicidad vinculante y compremetedora es a Concha Velasco y sus Indasec, perdonad la expresión que vendrá a continuación, pero cuando veía ese anuncio de ella tan feliz de la vida, dando botes, bailes, piruetas, yo sólo podía pensar: "Concha, meada pero feliz". Concha me cae muy bien pero hace poco y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid (ciudad de Concha), hace unas semanas vi que Concha quería seguir bailando con un nuevo espectáculo (será que van a anunciar Indasec con alas...)





     Lo malo es que el reclamo en las banderolas en la calle de la Ciudad Condal era "Concha Ilumina Barcelona" y claro mi mente sucia y galopante, sólo podía completar la campaña: "En un único espectáculo, Concha ilumina Barcelona". Y me la imaginaba entrando en escena y prendiéndose fuego a lo bonzo... Estoy enfermo y los publicistas no me ayudan a ser mejor pensado....

     Pero el sumun de campañas un tanto chocantes ha sido la última de Loles León. Con el cueces o enriqueces ya íbamos bien, pero vestida de jamón en plena Dehesa....


     El vestido no tiene desperdicio, la cara de felicidad de ella embutida en el vestijamón (bonito palabro) es genial y el plato con las lonchas pegadas.... Pero lo mejor es la siguiente imagen.


     ¿Qué me decís del cochino que le han plantado sin ningún remordimiento en la parte de atrás de la imagen? Los que están a su lado no nos queda ninguna duda.... Ahora el climax total llega cuando Loles declara su amor al producto que promociona.


     Una imagen vale más que mil palabra, pero vamos menos deseo y necesidad de poseer ese jamón no es lo que me transmite Loles con esta fotografía.

      Ya sé que corren tiempos difíciles y no sabemos lo que vamos a tener que hacer para llegar a fin de mes. Lo único que pido es compasión al sector de la publicidad, que no hace falta que maltraten más nuestras pupilas, ya tenemos que aguantar bastante día a día.

      Monsieur Pablo P..


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