Cada temporada las colecciones crucero van adquiriendo más importancia, con montajes espectaculares y colecciones cuidadas hasta el mínimo detalle, como suele ser el caso de Chanel. Si el año pasado nos llevaban hasta Bizancio en esta ocasión nos llevan hasta la lejana India. Era raro que Karl no hubiera reparado nunca en este país con sus característicos y ricos bordados.
Con gran predominio del blanco pero sin robar protagonismo al color.
Y como no podía ser de otra forma riqueza en los tejidos utilizados en esta maravillosa colección crucero.
Creo que últimamente me gustan más las pre-colecciones de Chanel que sus desfiles de temporada, esto de que el Grand Palais fuera un gran banquete de un maharajá con sus bella maharaníes le hace ganar puntos a la casa de la camelia.
Monsieur Pablo P..
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