Born to bistro

    Con todo lo que viajo suelo comer y cenar casi siempre en restaurantes y aunque pueda parecer fantástico eso de que te cocinen y no tengas que fregar los platos, es un poco aburrido tener que leer las cartas cada vez que llegas a un sitio, por lo que he desarrollado fobia a leerlas. Aparte que pocos sitios logran cautivarme para querer repetir y sentir la imperiosa necesidad de tener que visitarlo cada cierto tiempo. Pero hace poco ha surgido el flechazo, esta vez en la ciudad de Barcelona.

     En un enclave privilegiado, está justo enfrente del Mercado del Borne, ahora en pleno proceso de restauración, en el número 7 de la calle Fusina, hace pocos meses reabrió sus puertas con una nueva imagen, equipo y dirección el Café Kafka.

    Un cosmopolita bistró con aires bohemios y ambientado a diversos públicos que refleja a la perfección el estilo de vida del barrio de barcelonés donde se ubica tan a menudo comparado con el Soho neoyorkino y el parsino Le Marais.

     Una cuidada decoración con objetos tan diversos y diferentes entre ellos que logran convivir en perfecta armonía junto con una delicada y deliciosa ambientación musical, permiten que el momento de la comida o la cena sea un disfrute y un paréntesis en la locura diaria.

     La selección diaria de sus materias primas por parte de su jefe de cocina, una excelente carta con vinos de todo el país y joyas gastronómicas nacionales traídas directamente desde sus origines a la cocina del Kafka convierten a este restaurante en un oasis para sibaritas. Muy recomendable el tartar, tanto de carne como de pescado. El secreto es que lo pican al más puro estilo artesanal, es decir, con cuchillo.

    Una excelente relación calidad precio no evita de que haya un hueco en su carta para los más sibaritas puedan degustar, por ejemplo, auténtico caviar de Beluga a precios muy razonables.

     La próxima vez que paseís por Barcelona, no teneís excusa, teneís una cita en el cafe Kafka.

     Monsieur Pablo P..