Hace unos días tuve la oportunidad de pasar por la exposición que Hermès había organizado en Madrid y disfrutar del goce visual que da ver trabajar a los artesanos de la casa. Uno de las paradas que más curiosidad levantaba era la de la artesana que estaba realizando un Kelly y nos explicaba todo el proceso de uno de los bolsos más demandados de la historia que debe su nombre a la mujer para la que fue creado, Grace Kelly.
Lo primero que me llamó la atención dentro de todo el utillaje que tenía la artesana era el colorido en pieles e hilos al tono para confeccionar los bolsos.
Como curiosidades os puedo contar que cualquier persona que entra en la casa para ser artesano de bolsos comienza confeccionando este modelo que es el más difícil de realizar en particular la zona del asa.
Los cantos de este bolso que cosen con dos agujas al mismo tiempo, que para enhebrar cada una de ellas hay que someterlas a una especie de ritual a la hora de colocar una parte del hilo del mismo tamaño que la aguja, rodear la misma tres veces y acabar enhebrándola. De esta forma se aseguran que el hilo no se escapa y lo pueden tensar todo lo que quieran. Pero no está todo listo, antes de ponerse a coserlo tienen que pasar como mínimo 4 veces cada extremo por cera de abeja para que permita pasar sin problemas.
Cada canto del bolso está repasado con un soldador que sella todos los poros de la piel del bolso y los rebaja al mínimo.
Ahora tras saber algo más acerca de este icono de la casa parisina admiro cada vez que veo alguno pasear por el barrio donde se realizo la exposición, ocasión que aprovecharon las señoras de la zona para sacar sus joyas y exhibirlas.
Monsieur Pablo P..
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