Algo que siempre me han gustado son las cajas de zapatos. Cuando era niño recuerdo que esperaba ansioso que compraran unos zapatos nuevos en casa para poder tener una caja más con la que poder jugar o guardar "los pequeños tesoros".
Creo que una caja tiene dos cometido: permitir que el producto permanezca intacto en sus posibles desplazamientos y que la propia caja te cautive y sientas la imperiosa necesidad de quedártela.
En el mundo del calzado hay innumerables opciones pero yo tengo mis favoritas.
La de MiuMiu es el súmmum de la femineidad, cuidada por dentro y por fuera y una vez más un caso a seguir en lo que imagen de marca se refiere. El interior de las cajas va impreso con el mismo dibujo que los papeles brocados que decoran todas las tiendas de la firma alrededor del mundo. Y cuando tienen alguna edición especial también son para jurarles amor eterno, simplemente fabulosas.
La caja de Lanvin es otra de mis favoritas: una alta calidad en materiales, cartón de buen gramaje y papel con un satinado perfecto, realzan un diseño sobrio pero con su punto, me gusta el grafismo elegido y la combinación azul pastel y negro.
Ahora una verdadera obra de artesanía son los cofres para calzado del maestro Alaïa: cajas cerradas con una correa que imitan a antiguos maletones de viaje.
Como podéis comprobar el mundo del packaging es de lo más interesante y podría pasarme horas y horas hablando sobre ello pero prefiero no saturaros, tenéis que descubrir vosotros mismos vuestra caja perfecta...
Monsieur Pablo P..
Yo confieso: Me he comprado más de una cosa que no me hacía falta solamente por el packaging. Soy de las que le da suma importancia al continente!
ResponderEliminarBesis