miércoles, 10 de octubre de 2012

Auténtic@s

      No hay nada en mejor en este mundo que ser AUTÉNTIC@. Estoy cansado de ver la gente "maravillosa" que pregona a los siete vientos todos los eventos a los que va, los regalos que recibe, l@ guap@s en  todas las fotos que suben a la red y pregonarnos a los cuatro vientos, por todas las redes sociales que caen en sus manos, lo bien que se lo están pasando. Haciendo acopio de frases populares tipical spanish "pobrecicos, son dignos de miseriocordia".

      La comunicación es algo maravilloso, poder contar en primera persona todo lo que se te pase por la cabeza, entre otras cosas, es sintoma que estamos vivos y el mundo en el que estamos y la época que nos ha tocado vivir, para bien o para mal, nos provoca sensaciones.

       A mis taytantos años 33 en puertas de los 34 he tenido que pasar por varios momentos en mi vida que me han marcado, siempre mirando hacia adelante, incluso cuando el camino se hacía cuesta arriba y no había luz por ningún lado. Con cada vivencia y vicisitud, hay que hacer una lectura para ver cual era la lección que nos tocaba aprender en esa ocasión, para no volver a cometer el mismo error, porque cuando las cosas ocurren, uno, aunque sea en un 0,01% algo tiene que ver.

        En esta vida hay dos tipos de personas: las víctimas de la sociedad, esas pobres que les pasa todo a ellas y no tienen nada que ver, sólo sirven para autocompadecerse y contarte a la mínima de turno la última desgracia de su vida. Y por otro lado tenemos a las luchadoras que se rien hasta de su propia sombra. Por lo poco que nos conocemos ya podréis saber en que grupo catalogarme ;)

         Sobre todo creo que hay que tener principios, valores, recordar el camino que has tenido que recorrer para llegar hasta donde estes, por lo que has tenido que pasar, lo que hayas soportado en muchas situaciones y no era de tu agrado... Resumiendo, no hagas nunca lo que no te gustaría que te hicieran o hayan hecho y nunca te olvides de donde vienes y la gente que te ha acompañado en el camino.

       Como podréis imaginar sé de lo que hablo, nací en la Dehesa extremeña una fria mañana de noviembre y ahora mismo vivo a unos pasos de la Sagrada Familia. ¿Quién me lo iba a decir? Nadie. La vida es como un día cualquiera en la mía: se sabe como se empieza pero no como se acaba. Por el camino para ganarme las habichuelas he tenido que hacer de todo o casi todo, hay algunas parcelas del sector servicio que no he cubierto. Y siempre he intentado hacer el trabajo que tenía en ese momento lo mejor que podía, con el mayor entusiasmo y esfuerzo sin esperar nada más a cambio que el salario a fin de mes y poquito a poco uno ha ido teniendo sus recompensas y satisfacciones. Alguna buena amiga mia ya me lo ha dicho en alguna ocasión: "Pablo, a ver cuando escribes tu Quijote Laboral". Pero esto no os lo voy a desvelar ahora, porque sino el día que publique mis memorias, que es con lo que pienso mantenerme en mi no jubilación (a este paso si pensáis que vamos a cobrar paguita estáis muy confundidos), no me las compra nadie y a ver que hago con una tirada como mínimo de 15.000 ejemplares.

       Me considero un afortunado de estar rodeado de gente que me quiere y a la que quiero, que lo único que ven en mí es el Pablo liso y laso sin buscar entre las costuras. Soy una persona clara que va de frente y llama las cosas por su nombre. A quien no le guste, que mire para otro lado, y hoy aunque estemos en este ambiente gris y de crispación, estoy contento, porque hay retos de por medio, porque nada es tan sencillo como parece y cada día al levantarme lo hago con una sonrisa, con ganas de escuchar música y echarme a las calles a ver lo que se cuece. Porque he encontrado al compañero perfecto para compartir mi día a día, porque aunque no esté en mi ciudad la gente que me he ido encontrando por el camino a lo largo de todos estos años, me arropa en la distancia y nunca me sentiré solo allá donde esté.

       Uno de los momentos más duros de mi vida fue el día que murió mi padre, sin previo aviso y teniendo que hacer cuatro horas de camino. En esa ocasión el género humano me sorprendió, unos para bien y otros para no tan bien. En ese día aprendí una lección, en esta vida estamos de paso y nunca sabemos donde está nuestra estación de destino, de ahí que a partir de entonces hiciera criba en las amistades y allegados para disfrutar de mi tiempo libre con la gente que realmente quiero. A esta vida le dan sentido los pequeños momentos que al final se convierten en el alimento del que sobrevivimos en las épocas menos buenas.

        Por eso cuando leo y veo determinadas cosas pienso para mis adentros "cuanto camino queda por recorrer", sin ser yo perfecto ni nada de eso.

        Resumiendo en esta vida todo se paga, lo bueno y lo malo y al final cada uno acaba teniendo lo que se merece, por eso lo único que puedo decir que no hay nada mejor en esta vida que ir con la cabeza bien alta por no haberte aprovechado de nadie, haber hecho el camino limpiamente y mirar para atrás y decir "viva tú".

         Y este post va dedicado a aquellos que me acompañais día a día, que sabéis de donde vengo, me habéis visto crecer a lo largo y ancho (más de lo que quisiera), que me decís las cosas por su nombre, me apoyáis en los momentos débiles y compartimos las alegrías. Los buenos amigos sois vosotros, que venís solos a las penas y hay que llamaros para cuando hay alegrías. Vosotros sois los que le daís sentido a esta vida y por si al cruzar la calle no miro en la dirección adecuada y quedan unas palabras por decir, creo que no hace falta caer en lo evidente, ya sabemos cada uno lo que sentimos.

        Sois auténtic@s


Monsieur Pablo P 
       
        

1 comentario:

  1. Precioso post Pablo, yo aún no tengo la suerte de conocerte en persona, pero se sin ninguna duda que eres una persona auténtica, de esas que, cuando se cruzan en tu camino, enriquecen tu vida con las cosas mas sencillas, que son las que de verdad importan.
    Espero que la vida siga poniéndome en mi camino gente como tu.
    Mil besos cari!
    Cris

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